Grisáceo pese a las apariencias
Este metal tiene tantas ganas de perder sus dos electrones exteriores que toda nuestra experiencia directa con el Ca es a través de sus compuestos. Omnipresente en la corteza terrestre, el Ca no es blanco, aunque sí lo es el CaO (la cal) o el CaCO3 (el carbonato).
Un Kg de Ca por cabeza
Como la corteza terrestre tiene tantísimo Ca resulta sencillo formar compuestos con él. De hecho, este metal es una fuente de estructuras rígidas como tu esqueleto; el Ca se almacena en los huesos como cristales de hidroxiapatita [Ca5(PO4)3(OH)], un fosfato que también acapara el 80% de nuestro P corporal. El cráneo pelado de este cánido es un buen exponente de ello.
Una muestra al 99,95%
Este metal representa el 3,6% de la corteza terrestre. Pero además es un decidido inductor de nuevos elementos: un núcleo de Ca acelerado hasta una décima parte de la velocidad de la luz fue capaz de transformar el plutonio en flerovio.