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En un lugar de Estocolmo

La localidad sueca de Ytterby es algo así como La Meca de los coleccionistas de elementos; una misteriosa piedra negra hallada en una mina próxima desencadenó toda una serie de descubrimientos de los cuáles el iterbio, terbio, erbio e itrio han dejado su huella onomástica.

Muchos nombres y pocas nueces

Podemos asegurar que, si nuestro proveedor no nos la ha jugado, lo que mostramos en la foto es Yb al 99,95%, lo cual tiene su mérito si tenemos en cuenta que durante décadas era poco menos que imposible distinguir los lantánidos entre sí. Este desconcierto se trasladó a las denominaciones: el Yb fue neoiterbio y aldebaranio antes de recibir su nombre actual.

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